Todo comienzo tiene su momento cero y en nuestra historia, ese inicio lo hizo una pareja que había aprendido el arte de trabajar vidrio artesanalmente y lo utilizaron para producir adornos navideños de vidrio, con la idea de fabricar algo que además de tener un fin económico les permitiera contribuir a transmitir el espíritu navideño . Lo que nunca se imaginaron es que 40 años después, estarían transmitiendo ese espíritu alrededor del mundo.

 

En la década del 50 Roberto y Adela comenzaron con muy pocos medios en el fondo de la casa del abuelo Antonio la primer producción de adornos navideños, siendo un trabajo completamente artesanal en el cual él hacía los globos de vidrio soplado y ella los decoraba.

 

Por mas de 20 años continuaron con este trabajo muy artesanal. A fines de la década del 70 la demanda crecía, entonces con la ayuda de sus hijos comenzaron a industrializar los procesos, contratando más gente pero manteniendo siempre ese “tinte artesanal” que tuvo el primer adorno navideño que fabricaron.

Escuchando siempre lo que el mercado necesitaba, la dirección de la empresa tomó en cuenta algo muy importante que afectaba no sólo a la producción sino a cumplir el logro de su misión: transmitir espíritu navideño. Al crear artículos en vidrio soplado, las probabilidades de rotura de los objetos era alta y complicaba mucho el correcto guardado de los mismos, generando la posibilidad de desilusionar a los más pequeños del hogar al ver que sus adornos podrían romperse. Es así que la empresa comienza a trabajar con los adornos en plástico, marcando una tendencia que le permitió salir a competir en los mercados internacionales.